MARATÓN LA POLA DE LAVIANA 2022. LA CARRERA.
Mi objetivo inicial era romper las 3 h y la verdad que una vez acabada la carrera sé que estaba preparado para ello. Correr una maratón es como la vida misma, no me canso de decirlo. Hay que adaptarse a las circunstancias y saber “bailar con el momento”.
Las circunstancias de la carrera, y el “baile”eran los siguientes:
Sábado 16:00 h. – eran tan solo 47 participases en la maratón y cuatro vueltas a un mismo circuito, tres circunstancias que penalizan mucho para cumplir objetivos. Cuando Alejandro, mi entrenador, conoció estas condiciones, me aconsejo que no era viable intentar la planificación que habíamos realizado, ya que podíamos sufrir e irnos a un tiempo mucho mayor, lo mejor era bajar nuestra mejor marca, si lo consiguiéramos sería un éxito. Hasta el momento la mejor marca la conseguí en la maratón de Burgos en 2019, con 3:05 h.
Antes de empezar la maratón hice algo que tenía muchas ganas. Pesarme antes y después de una maratón. Mi peso anterior a la carrera fue de 71,4 kg.
Llegue a la línea de salida y a pesar de que el ambiente era bueno, se notaba la poca participación, la maratón era muy diferente a todas lo que había corrido, pero me di cuenta de algo que me gustó, a mi mente no le importaba, llevaba mucho tiempo preparando esa carrera y sentí las mismas sensaciones y emociones que en las maratones de Valencia, Barcelona o Madrid.
Comenzó la carrera, Maratón 15/17+1, a pesar de que mi conversación con Alejandro fue la de ir a 4:20, salí a 4:15 y realicé la primera vuelta a ese ritmo, incluso en varios km, me coloqué en 4:10. Es increíble… con la experiencia tengo ya de otras maratones haber cometido este error, como cuesta controlar la mente mientras corro. Salí con un grupo que iba a ese ritmo y quise intentar meterme en medio del grupo para ir con ellos, pensando que sería bueno.
Primera vuelta voy un ritmo medio de 4:12, sabía que me estaba equivocando y reaccioné, bajé a 4:15, 4:20 y terminé la segunda vuelta a ese ritmo, es decir, un ritmo de 2:59 h en Meta. Pensé en mantenerlo e intentar bajar las 3 h pero el calor se notaba mucho, no era un calor como en Alicante, pero sí que hacía mucho “bochorno”, iba muy justo corriendo en aquellos ritmos tan rápido. Cuando llegué a la tercera vuelta y noté como el ritmo ya definitivamente se me iba a 4:20, asumí que ya seguiría así lo que me quedaba de carrera, en ese momento lo hubiese firmado.
En la tercera vuelta comenzó a llover, en unos segundos noté las zapatillas llenas de agua, sentí la incomodidad de correr así y era consciente que si seguía lloviendo tan fuerte la organización se vería obligada a parar la carrera. Yo no quería ni pensar en eso, no he venido hasta aquí para dejar la maratón a medias y tener que volver al próximo año. Me tendría que sacar a punta de pistola la organización si deciden suspenderla. Por suerte, para todos, solo fueron diez minutos muy intensos.
La carrera consistía en cuatro vueltas a un circuito, por la ladera del río Nalón, es cierto que puede ser monótono, pero a mí me recordaba la ladera del río Vinalopó de Elche, donde entreno casi todos los días. Eso si, aunque soy muy defensor de mi ciudad, hay que reconocer que la belleza de las montañas que me rodeaban eran diferentes, ni mejor ni peor, diferentes.
Km 32, el calor, los errores del principio y sobre todo la lluvia hacían que la mente se llenara de excusas para bajar el ritmo, pero no estaba dispuesto a hacer, ninguna concesión. Conocedor de que llegaban los problemas, comencé a manipular mi mente. Hablo con la montaña, le agradezco su belleza y la energía que me estaba aportando, ese juego de mirar la montaña, hablar con ella, incluso de tener la sensación que pertenecía a ella en cierto modo, hizo que me sintiera poderoso y no perdiera el ritmo, incluso me hizo correr más rápido.
Km 38 ahora si, el ritmo se va 4:30, aunque el ritmo medio sigue siendo bueno, 4:19 estoy cerca del objetivo final de 4:20, sé que lo puedo conseguir.
La organización había tenido una buena idea, los participantes de la media maratón salieron a las 18:00, es decir, dos horas después de la maratón para intentar mezclarse con los corredores de la maratón y que de esta manera tuviéramos una poco de ayuda. No sé qué pasó, pero no me cruce con ninguno de los 150 corredores de la media, solo con uno de ellos llegando al final. Veo un corredor, por la forma de correr y por su camiseta blanca del Reto 17+1 supe enseguida quien era. Mi amigo Luis. Él corrió la media maratón, hablaré de Luis y de su coraje para preparar esta carrera en mi libro 2/3 “Maratón – La metáfora de mi vida”.
No se a que ritmo iba Luis, yo iba a 4:40 y me costó alcanzarlo, aunque sabía que antes de girar para meta, a él aún le quedaría otra vuelta y lo adelantaría. Llegué a la altura de mi amigo y aunque las fuerzas eran escasas, me dieron para animarlo y presentarle mi admiración por su esfuerzo. Él hizo lo propio y seguimos nuestros caminos, otra vez, como la vida misma.
100 metros para cruzar la meta, a pesar de las circunstancias hice mi mejor marca, me noté eufórico, feliz, sé qué he hice una gran carrera. Al fondo veo a Cristina grabándome un vídeo, otro más, hizo un gran trabajo grabando videos en diferentes km para después enviárselos a Dominique y ella desde casa hizo unas buenas publicaciones en RRSS para darle toda la difusión posible, y lo consiguieron, el valor de #equipo en su máxima expresión, gracias.
También vi a Héctor Moro, el organizador de la prueba preparado para colgarme la medalla. Crucé la meta 15/17+1 con un gran subidón, le choqué la mano a y me colocó la ansiada medalla. Felicidad extrema.
La carrera que hice, me sirvió para hacer el segundo en mi categoría. Corredores entre 40 y 44 años. A pesar de que no había muchos corredores, un trofeo, es un trofeo. No solo subí a recoger el trofeo, sino a hacer entregar de la Dama de Elche como embajador de la Media Maratón de Elche. La más antigua del mundo.
Por cierto, nada más terminar y antes de beber o comer, me fui al coche donde tenía el peso y el resultado fue 68.9 kg, lo que significa que perdí 2.5 kg, según el Nutricionista, no hay que perder tanto, hay que ajustar más la alimentación de los días antes de la carrera. Cuando reciba esa información haré un post en las redes sobre este tema que me parece muy interesante.
Termino este post con una reflexión. El valor de esta maratón es #equipo, es cierto que se necesita un equipo para llevar adelante los proyectos, y yo confío en uno muy bueno, pero a la hora de ejecutar, estamos solos, nadie puede hacer lo que debemos hacer nosotros. Mi reflexión es que los proyectos están formados por dos #equipos. El que está formado por varias personas y el que formamos con nosotros mism@s.